Normalmente cuando estamos solos y cantamos
estamos distraídos haciendo algo y no prestamos atención a la emoción.
El uso de la voz y el
ritmo ayudan a contactar con uno mismo y con los demás desde las emociones. Es
una vía de expresión que amplía nuestro mundo y abre vías de comunicación y de
abordaje de situaciones. Con una canción facilitamos y amenizamos un viaje,
adornamos una hora de baño o animamos a los niños a vestirse...
Es más
frecuente que yo cante cuando estoy de un humor determinado –o neutro o alegre-
y no le de valor a esa canción. Lo que se propone aquí es algo diferente: no es
cantar cuando estoy contenta, sino cantar lo que me pasa, cuando me pasa…
Potenciar la expresión emocional a través de la voz y llevarme la canción a
otros terrenos emocionales para aprender a manejarlos de otra manera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario